Recuerdos: Las ruinas

Sector Synuefe, sistema XR-H d11-102.
Enero de 3303.
Planeta 1B, órbita baja.

Era una época de emoción para los arqueólogos y científicos de la galaxia. El descubrimientos de las ruinas alienígenas ancestrales por parte del comandante XDeath había supuesto una revolución para toda la humanidad: La certeza de que, al menos en el pasado, hubo otra raza inteligente interestelar y que ahora estábamos descubriendo sus restos. Los últimos testimonios de que dicha raza, apodada "Los Guardianes" alguna vez existió.

El comandante Volgrand había sido de los primeros en acudir alas ruinas cuando Ram Tah hizo saber que había desarrollado un software que permitiría a cualquier piloto descifrar partes de la información guardada en dichas ruinas. Era un sistema de transmisión de información nunca antes visto, combinando lo que parecía ser desde un sistema binario a algo que podría describirse como pura psiónica. Cómo había conseguido este ingeniero hallar un sistema de que nuestros ordenadores se comunicaran con las ruinas ancestrales solo lo sabía él mismo. Para rematar la faena, ofreció una recompensa muy sustanciosa: Un millón de créditos por cada pieza de información descifrada.... y se estimaba que había cientos de estas.

La C.R.V. Star Dwealler mantenía una órbita baja sobre el lugar del yacimiento. Era facilmente visible desde el espacio, no por su tamaño, si no por su forma claramente geométrica, compuesta por varios circulos unidos por líneas. Un patrón demasiado regular para tratarse de algo natural. Cada pocos minutos un paquete de datos le era trasmitido, parte de la información que había solicitado Ram Tah; el Instituto Canonn habia acordado mandar la misma a los comandantes que se encargaran de proteger a los científicos de campo como forma de pago.

La música de la cabina bajó el volumen cuando el ordenador de a bordo detectó una transmisión entrante.

—Comandante M. Volgrand, ¿me recibe?
—Algo y claro. ¿Todo bien ahí abajo?
—Todo bien. Varios comandantes más se han unido al escuadrón, tenemos este area bien protegida. ¿Quiere tomarse un descanso?
—Por favor, la patrulla orbital es aburrida.

Pocos minutos después Volgrand confirmó que una nave de las fuerzas de defensa de Canonn surgía del planeta para reemplazarle; el comandante dirigió a Star Dwealler hacia las ruinas bajo él y, tras completar la aproximación, redujo la velocidad a términos aceptables para un ser humano.

Las ruinas emitían una extraña carga electroestática que llenaba las cabinas de las naves con extraños sonidos, casi como una coral muy distorsionada. Las estructuras estaban completamente cubiertas por tierra, quedando de ellas solo el relieve sobre la superficie. Sin embargo había algunas que conservaban su forma original inalterada, casi como si una fuerza incomprensible las mantuviera libres de ser enterradas por el paso de los siglos. Era en estas estructuras donde los comandantes basaban sus esfuerzos, intentando combinar escáneres de unas y otras hasta obtener un resultado aceptable .

Decenas de vehículos de tierra S.R.V. recorrian las ruinas, iluminando todo con sus potentes faros. Algunas naves servían como iluminación, volando a poca altura sobre el yacimiento con sus focos extendidos; en tierra destacaba especialmente una enorme Beluga que ocupaba la mayor extensión llana del lugar. Las comunicaciones volaban entre los comandantes y científicos, contrastando datos y demás, pero Volgrand activó los filtros hasta la frecuencia de las fuerzas de seguridad.

—... Aquí Viktor, todo despejado en el sector norte.
—Comandante Vaslky, nada que reportar en sector sudeste.
—Aquí Volgrand —informó este—, patrullando sobre el yacimiento.

Un aviso del radar destacó la llegada de una nave desde supercrucero. Volgrand hizo girar la Star Dwealler directamente hacia la misma; una Fer-De-Lance, nave de combate por excelencia, estaba estabilizando su vuelo para contrarrestrar la gravedad de la luna. Un rápido escaneo de la misma denotó una configuración claramente de combate: Láseres de pulso, multicañones, sin hangar planetario, escudo de gran potencia y armadura militar. El nombre del comandante eran solo tres letras: EDC.

—Control de patrulla, aquí Volgrand: Confirmación de comandante, designación "E,D,C".
—Un momento, comandante... No tenemos informe del comandante EDC, Volgrand.
—Envíen refuerzos de inmediato.

Volgrand desplegó su armamento y estableció contacto con la nave de EDC, mandando la comunicación también en abierto a todas las naves cercanas.

—Aquí el comandante M. Volgrand de las fuerzas de defensa de Canonn. Identifíquese, comandante, y diga qué le ha traido a este lugar.

Unos segundos de tensa espera después, la Fer-de-lance desplegó su propio sistema de armamento, ignoró a Volgrand y abrió fuego sobre una nave aterrizada.

Grave error.

Los motores de Star Dwealler rugieron con el post-quemador, y la Python fuertemente reforzada chocó violentamente contra la Fer-de-lance, evitando que siguiera disparando.

—¡Evacúen todas las naves! Y tú, EDC, este será tu último error.

Fue entonces cuado vio el logotipo pintado sobre la nave terrorista: Un lobo que sonreía, enseñando todos los dientes. Volgrand sintió la adrenalina en el estómago, ya que eso significaba una cosa...

Comandante, tres contactos nuevos en el radar. 

...Los combatientes del Smiling Dog Crew nunca, nunca estaban solos.

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